• 02 de Junio, 2025

Un llamado a la Gran Comisión

La labor misionera como eje central del mensaje cristiano en los últimos tiempos

La iglesia Movimiento Misionero Mundial en la ciudad de San Miguel, realizó el pasado domingo 25 de mayo del presente año un culto evangélico cargado de inspiración y reflexión en torno a la importancia de la labor misionera considerada como el corazón de la fe cristiana. 

En el sermón principal, el predicador hizo énfasis en el mandato de la Gran Comisión, descrito en el evangelio según Mateo 28:19-20: "Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado". Este llamado no es solo una tarea, sino un estilo de vida que invita a los creyentes a extender el mensaje de amor, esperanza y salvación.

El enfoque del culto giró en torno a Jesús como el mayor modelo de esfuerzo y compromiso en la misión de extender el reino de Dios. Desde el inicio de su ministerio terrenal, Jesús dedicó su vida a enseñar, sanar y proclamar el reino de los cielos, enfrentando oposición y sacrificios con una determinación inquebrantable. Su vida es el reflejo perfecto de lo que significa ser un misionero: alguien dispuesto a dar todo para cumplir con el propósito divino.

Durante el servicio, se recordaron episodios clave de la vida de Saulo de Tarso conocido también como Pablo, uno de los misioneros más grandes de la historia quien fue crucial para la propagación del cristianismo, después de su conversión en el camino a Damasco.

Uno de los aspectos más emotivos del culto fue el llamado a los asistentes a seguir el ejemplo de Jesús y asumir el mandato de la Gran Comisión. En palabras del predicador: "Jesús está buscando hombres y mujeres esforzados, valientes y comprometidos, que estén dispuestos a cumplir con el mandato divino y llevar su palabra a cada rincón del mundo".

La invitación no solo se limitó a quienes tienen la oportunidad de viajar a tierras lejanas, sino que también se extendió a quienes pueden ser misioneros en sus comunidades, familias y lugares de trabajo. Desde una conversación diaria hasta actos de servicio y bondad, cada acción puede convertirse en una oportunidad para compartir el evangelio y transformar vidas.

El culto evangélico del pasado domingo dejó una huella profunda en los corazones de quienes asistieron. El mensaje central, basado en la importancia de la labor misionera y en el ejemplo supremo de Jesús, recordó a los creyentes que la Gran Comisión no es una tarea reservada para unos pocos, sino un llamado universal que trasciende fronteras, edades y circunstancias.

En un mundo que necesita urgentemente esperanza y reconciliación, el desafío es claro: ser misioneros comprometidos y esforzados, siguiendo el ejemplo del hijo de Dios, quien no solo anhela encontrar a quienes cumplan su mandato, sino que también promete estar con ellos "todos los días, hasta el fin del mundo".

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